Resulta difícil establecer una temática o técnicas conmcretas para basar la obra de todo un curso. Hasta ahora hemos estado acostumbrados, la mayoría al menos, a que nos digan lo que tenemos que hacer y para cuando lo tenemos que hacer. No es de extrañar pues, que llegado a este punto nos descoloque este planteamiento de trabajo.
Yo personalmente admiro la obra de muchos autores y muchos de ellos de corrientes artísticas radicalmente opuestas. Por ello al principio pensé basar mi proyecto en uno de ellos, por ejemplo Gustave Klimt. De esta forma trataría de trabajar con colores calidos y sensuales y la incorporación del collage a mis obras. Pero me di cuenta de que no se trataba de eso… Por primera vez tengo la oportunidad de pintar literalmente lo que me de la gana… No voy a basarme en nadie… Voy a hacer lo que realmente quiera.
Es curioso, desde comienzos de la carrera he trabajado con todo tipo de materiales y empleado todo tipo de técnicas impuestas por el profesorado en cada caso, pero nunca hice lo que realmente me gusta, que es nada menos que la sencillez pictórica a base de grandes planos de color que a veces dan lugar a lo figurativo, otras no tiene porqué. La cuestión es que disfruto en el proceso de la creación de este tipo de obras y que el resultado es atractivo y decorativo, ya que al fin y al cabo me gusta colgar mis obras, no almacenarlas. Si hubiera de asociar este gusto mío a algún movimiento pictórico sería probablemente la fusión entre pop art y arte cinético.
No quiero decir con todo esto que reniegue de ninguna de las técnicas, materiales o temáticas con las que he venido trabajando anteriormente. Simplemente es que llevo pintando modelos al óleo tanto tiempo que me siento en la obligación de aprovechar la primera oportunidad que se me brinda de plena libertad creativa.

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